martes, 16 de junio de 2015

TAREA 5. Video: La historia de las cosas


LA HISTORIA DE LAS COSAS
Annie Leonard

 Los libros dicen que las cosas se mueven a través de un sistema, el cual consiste desde la extracción, la producción, la distribución, al consumo y a la disposición, que viene siendo un esquema llamado La economía de los materiales.
Pero este sistema parece lineal cosa que en nuestro planeta no concuerda, ya que el planeta es infinito. Pero para hacer todo este sistema se necesita de las personas. Y en cada paso del sistema trabajan muchas personas, cabe mencionar que unas más importantes que otras y más escuchadas que otras.
Para hablar de esto se debe comenzar con el gobierno ya que es el centro del poder, donde todos los impuestos de cada país se van a las fuerzas armadas. Cuando el gobierno debería ser el pueblo, por el pueblo y para el pueblo, ya que su trabajo es cuidar a sus ciudadanos.
Seguidamente aparecen las empresas que son más grandes que el  gobierno, ya que hay muchas empresas, y cada vez van creciendo más. Habiendo un cambio en el gobierno mostrando su preocupación por las empresas que por sus ciudadanos.

Algo que se debe tomar muy en cuenta es que en cada paso de este sistema se desglosan muchos factores que a simple vista no se ven pero que se mencionarán a continuación:
Extracción: se da con los recursos naturales que se van destruyendo agotando así nuestros recursos y desgastando el medio ambiente. Siendo un tema muy importante de analizar, ya que en las últimas 3 décadas se ha consumido un tercio de los recursos naturales del planeta.
Se destruye cada vez más áreas naturales, con sus árboles cuando lo que deberíamos hacer es cuidarlos. Mucha gente que vive en esas áreas no compra los productos que se hacen con esos recursos ya que no cuentan con la economía suficiente, lo que los hace ser menos que los demás.

Cuando estos materiales entran en producción se utiliza energía para mezclar los recursos naturales con químicos tóxicos para fabricar productos contaminados. Hoy en día más de 100,000 químicos son utilizados en el comercio y no son analizados para ver si afectan a la vida humana, y mientras estemos comprando cosas toxicas las seguimos consumiendo en todas nuestras áreas, hasta en nuestro cuerpo como los BFR (Retardantes de llama bromados) que son unos químicos que hacen a las cosas resistentes al fuego pero son muy tóxicos para el cerebro. Inclusive las almohadas son un claro ejemplo de donde se usan estos tóxicos. Que muchas veces se tramiten con la lactancia de las madres a sus hijos. Debido a que la madre está cerca de éstos productos.
Sin duda alguna las personas que se ven más afectados por estos tóxicos son los trabajadores de las fábricas que en muchas ocasiones son mujeres en edad reproductiva, y no lo hacen por gusto, sino por necesidad. Así como se va perjudicando a la naturaleza de igual modo se hace con la salud de las personas. Y muchas de estas fábricas contaminan demasiado al aire y al medio ambiente.
Una vez de que salen a la venta estos productos la gente lo compra ya que los dan a bajo precio, a lo que la empresa no le afecta ya que le paga muy poco a sus empleados y les recortan prestaciones, es decir externalizan los costos.
Actualmente la sociedad se ha convertido en consumidores, y nosotros hacemos más ricos al país por seguir comprando. Nuestro deber es evitar comprar productos basura que en seis meses ya no nos sirven, que son desechados. Y cada vez la tecnología avanza muy rápido. En donde entra la obsolescencia percibida, que es reemplazar un producto bueno antiguo por uno nuevo por moda. Pero la televisión y la publicidad tienen un papel muy importante, ya que ellos convencen a la gente a consumir.
Todos los productos que consumimos después de un tiempo los desechamos a la basura, donde ahí los queman y contaminan más con tóxicos como las dioxinas. Que se tiene que detener dejando de quemar basura y reciclando, aunque esta última no lo resuelve de un todo.



Cuando las personas se unan y cooperen se podrá hacer un cambio con una nueva forma de pensar, de no consumir basura, de buscar un mejor gobierno. Hay que hacer algo nuevo.
A mi punto de vista creo que esta chica tiene mucha razón, ya que nosotros los humanos estamos acabando con el mundo, con la hermosa naturaleza que nos rodea, con nuestras propias vidas, y aun así o sepamos seguimos consumiendo productos solo por moda, porque muchas veces no lo necesitamos y lo compramos. No pensamos en el daño que nos hacemos, solo gastamos dinero y hacemos crecer la economía del país, no la de nosotros. Debemos cambiar esta forma de pensar, de tratar de no consumir cosas innecesarias, y de cuidar el medio ambiente, a la naturaleza.

Aqui esta el link del video: https://www.youtube.com/watch?v=ykfp1WvVqAY 

SE LOS RECOMIENDO, ESTA MUY INTERESANTE. :)

TAREA 4


TAREA 4

Compromiso por una educación para la sostenibilidad


Vivimos una situación de alerta, provocada por muchos problemas graves que afectan al planeta y a nuestro ecosistema como la contaminación de agua, aire y tierra, agotamiento de recursos naturales, crecimiento incontrolado de la población mundial, desequilibrios insostenibles, conflictos destructivos, pérdida de diversidad biológica y cultural.

Esta situación surge debido a ciertos comportamientos individuales y colectivos orientados a la búsqueda de beneficios particulares y a corto plazo, sin atender las consecuencias de los residuos que se vuelven contaminantes.

La mayoría de los  maestros, no están concientizados para esta situación por lo que es preciso,  asumir la responsabilidad y sobre todo un compromiso para que toda la educación, tanto formal como informal, preste atención a la situación del mundo.

Se propone lanzar una campaña llamada Compromiso por una educación para la sostenibilidad, para incorporar nuestras labores educativas cierta atención a la situación mundial existente promoviendo consumo de alimentos responsablemente en relación a las 3 “R”, promover el impuso tecno científico productos que favorezcan a la sostenibilidad, sobre todo el compromiso de  multiplicar las iniciativas para implicar al conjunto de los maestros, con campañas de difusión y concienciación en los centros educativos, congresos, encuentros, publicaciones... y, finalmente, el compromiso de un seguimiento cuidadoso de las acciones realizadas, dándolas a conocer para un mejor aprovechamiento colectivo.

La sostenibilidad como revolución cultural, tecnocientífica y política



El concepto de sostenibilidad surge por el nacimiento de una opinión negativa, el cual da como resultado la situación actual del mundo, de acuerdo a los análisis de dicha opinión pueden interpretarse que nos encontramos en una etapa de alerta, determinada en una situación insostenible que amenaza gravemente el futuro de la vida en la tierra.

“Un futuro amenazado” es, precisamente, el título del primer capítulo de
Nuestro futuro común, el informe de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, conocido como Informe Brundtland (cmmad, 1988), a la que debemos uno de los primeros intentos de introducir el concepto de sostenibilidad o sustentabilidad:

«El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para  satisfacer sus propias necesidades».

Esto quiere decir que no importa cuales sean nuestras aspiraciones industriales, comerciales y evolutivas, siempre y cuando las realicemos con responsabilidad ambiental.
Hoy en día sabemos que el ritmo que lleva nuestra industria es alarmante mientras más seguimos creciendo en población  se va despojando la superficie de la Tierra lo cual indica que muy pronto ya no tendremos árboles que talar para el desarrollo humano.

Los seres humanos siempre dependerán de la naturaleza, sin embargo ha sido visto como signo distintivo de sociedades avanzadas, destruir para avanzar, construir para crecer,  años atrás ni si quiera se planteaba lo valiosa que es la naturaleza y el ecosistema para nosotros, la naturaleza era prácticamente ilimitada y se podía centrar la atención en nuestras necesidades sin preocuparse por las consecuencias ambientales y para nuestro propio futuro. Sin embargo han surgido señales alarmantes, de acuerdo a estudios internacionales, donde la sociedad ni los políticos han hecho algo para llevar actividades con responsabilidad ambiental y evitar poco a poco la contaminación.

Educación para la sustenibilidad



Como señala UNESCO

«El Decenio de las Naciones Unidas para la educación con miras al desarrollo sostenible pretende promover la educación como fundamento de una sociedad más viable para la humanidad e integrar el desarrollo sostenible en el sistema de enseñanza escolar a todos los niveles. El Decenio intensificará igualmente la cooperación internacional en favor de la elaboración y de la puesta en común de prácticas, políticas y programas innovadores de educación para el desarrollo sostenible».

Lo que la UNESCO busca impulsar una educación capaz de orientar un comportamiento que contribuya a una correcta percepción del mundo, tratar de generar actitudes y responsabilidades para poder tomar decisiones positivas en cuanto al estado en que se encuentra nuestro planeta. Para implementar una educación para un futuro sostenible tendría que apoyarse en lo que puede resultar razonable para la mayoría, de acuerdo al tipo de planteamiento del problema que surja.

Una adecuada educación ambiental para impulsar el desarrollo sostenible es totalmente incompatible con una publicidad que estimula un consumo poco inteligente; es incompatible con explicaciones simples, es incompatible con el impulso de la competitividad, entendida como contienda para lograr algo contra otros que persiguen el mismo fin y cuyo futuro, en el mejor de los casos, no  es tomado en cuenta, siendo todo lo contrario con las características de un desarrollo  sostenible.

Para hacerle frente a estos problemas es preciso fomentar una educación que ayude a contemplar los distintos problemas ambientales teniendo en cuenta las repercusiones que estas conlleven. Las llamadas a la responsabilidad individual se multiplican, incluyendo pormenorizadas relaciones de posibles acciones concretas en los más diversos campos que podemos agrupar en:

·         Consumo responsable (ecológico o sostenible)
·         Comercio justo
·         Juega limpio
·         Activismo ciudadano ilustrado


El futuro va a depender en gran medida del modelo de vida que sigamos y, aunque éste a menudo nos lo tratan de imponer, no hay que menospreciar la capacidad que tenemos los consumidores para modificarlo (Comín y Font, 1999). La propia Agenda 21 indica que la participación de la sociedad civil es un elemento imprescindible para avanzar hacia la sostenibilidad. Aunque no se debe ocultar, para ir más allá de proclamas puramente verbales, la dificultad de desarrollo de las ideas antes mencionadas, ya que comportan cambios profundos en la economía mundial y en las formas de vida personales. Por ejemplo, el descenso del consumo provoca recesión y caída del empleo.
¿Cómo eludir estos efectos indeseados? ¿Qué cambiar del sistema y cómo se podría hacer, al menos teóricamente, para avanzar hacia una sociedad sostenible?

Se requieren acciones educativas que transformen nuestras concepciones, nuestros hábitos, nuestras perspectivas...
Que nos orienten en las acciones a llevar a cabo, en las formas de participación social, en las políticas medioambientales para avanzar hacia una mayor eficiencia, hacia una sociedad sostenible...
Acciones fundamentadas, lo que requiere estudios científicos que nos permitan lograr una correcta comprensión de la situación y concebir medidas adecuadas.

Es necesario, por ello, establecer compromisos de acción en los centros educativos y de trabajo, en los barrios, en las propias viviendas... para poner en práctica algunas de las medidas y realizar el seguimiento de los resultados obtenidos. Estas acciones debidamente evaluadas se convierten en el mejor procedimiento para una comprensión profunda de los retos y en un impulso para nuevos compromisos. Éste es el objetivo, por ejemplo de “Hogares verdes”, un programa educativo dirigido a familias preocupadas por el impacto ambiental y social de sus decisiones y hábitos cotidianos. El programa persigue:

·         Promover el autocontrol del consumo de agua y energía.
·         Introducir medidas y comportamientos que favorezcan el ahorro.
·         Ayudar a hacer una compra más ética y ecológica.
·         El programa propone, en una primera fase, reducir las emisiones de CO2en el equivalente al objetivo marcado por Kyoto (5.2%) y el consumo doméstico del agua entre un 6 y un 10%.
En una segunda fase pretende:
·         Sustituir al menos 5 productos de alimentación básicos por otros procedentes de agricultura y ganadería ecológica o comercio justo.
·         Eliminar de la lista de compra al menos dos productos nocivos.
·         Eliminar igualmente al menos dos productos superfluos.
De este modo, mediante una serie de medidas progresivas, que cuentan con el debido seguimiento, se evita generar desánimo y el consiguiente abandono y se contribuye a la implicación de la ciudadanía para la construcción de un futuro sostenible. Pero el objetivo ha de ser llegar a extender los cambios de actitud y comportamiento al conjunto de actividades que como consumidores, profesionales y ciudadanos podemos realizar (Vilches, Praia y Gil-Pérez, 2008).

Crecimiento económico y sostenibilidad


Podemos afirmar que si la economía mundial tal como está estructurada actualmente continúa su expansión, destruirá el sistema físico sobre el que se sustenta y se hundirá (Diamond, 2006). Se hace necesario, a este respecto, distinguir entre crecimiento y desarrollo. Como afirma Daly (1997), «el crecimiento es incremento cuantitativo de la escala física; desarrollo, la mejora cualitativa o el despliegue de potencialidades, Puesto que la economía humana es un subsistema de un ecosistema global que no crece, aunque se desarrolle, está claro que el crecimiento de la economía no es sostenible en un período largo de tiempo».

Pero lo que no puede continuar es un crecimiento económico que conlleva un insostenible impacto ambiental, cuyo origen antrópico está fuera de toda duda, pero que hasta aquí no ha sido tomado seriamente en consideración, aunque hayan surgido ya propuestas de crecimiento cero e incluso de decrecimiento y se hable de “a-crecimiento” (Latouche, 2008). Más aún, se precisan urgentes medidas correctoras que pongan fin al proceso de degradación. La grave crisis financiera y económica que el conjunto del planeta está viviendo actualmente aparece como una seria advertencia de la necesidad y urgencia de dichas medidas.

Crecimiento demográfico y sustenibilidad


A lo largo del siglo 20 la población se ha más que cuadruplicado. Y aunque se ha producido un descenso en la tasa de crecimiento de la población, ésta sigue aumentando en unos 80 millones cada año, por lo que puede duplicarse de nuevo en pocas décadas. La Comisión Mundial del Medio
Ambiente y del Desarrollo (1988) ha señalado las consecuencias: «En muchas partes del mundo, la población crece según tasas que los recursos ambientales disponibles no pueden sostener, tasas que están sobrepasando todas las expectativas razonables de mejora en materia de vivienda, atención médica, seguridad alimentaria o suministro de energía».

Alrededor de un 40% de la producción fotosintética primaria de los ecosistemas terrestres es usado por la especie humana cada año para, fundamentalmente, comer, obtener madera y leña, etc. Es decir, la especie humana está próxima a consumir tanto como el conjunto de las otras especies.

Como explicaron los expertos en sostenibilidad, en el marco del llamado Foro de Río + 5, la actual población precisaría de los recursos de tres Tierras (!) para alcanzar un nivel de vida semejante al de los países desarrollados. Puede decirse, pues, que hemos superado ya la capacidad de carga del planeta, es decir, la máxima cantidad de seres humanos que el planeta puede mantener de forma permanente. De hecho se ha estimado en 1,7 hectáreas la biocapacidad del planeta por cada habitante (es decir el terreno productivo disponible para satisfacer las necesidades de cada uno de los más de 6000 millones de habitantes del planeta) mientras que en la actualidad la huella ecológica media por habitante es de 2,8 hectáreas.

La población mundial continúa incrementándose a marchas forzadas y en las regiones con menor capacidad para garantizar la salud, la estabilidad y la prosperidad de la población (...) El mundo debería adoptar un conjunto de medidas que contribuyeran a estabilizar la población mundial, mediante decisiones voluntarias, en una cifra en torno a los ocho mil millones de habitantes, en lugar de mantener la actual trayectoria que probablemente nos situará en los nueve mil millones o más en el año 2050». Podemos hablar así de la necesidad de una “Nueva cultura demográfica”, tan necesaria para la sostenibilidad como la “Nueva cultura energética”, la “Nueva cultura del agua”,
etc.

Tecno-ciencia para la sostenibilidad

Cuando se plantea la contribución de la tecno-ciencia a la sostenibilidad, la primera consideración que es preciso hacer es cuestionar cualquier expectativa de encontrar soluciones puramente tecnológicas a los problemas a los que se enfrenta hoy la humanidad. Pero, del mismo modo, hay que cuestionar los movimientos anti-ciencia que descargan sobre la tecno-ciencia la responsabilidad absoluta de la situación actual de deterioro creciente. Muchos de los peligros que se suelen asociar al “desarrollo científico y tecnológico” han puesto en el centro del debate la cuestión de la “sociedad del riesgo”, según la cual, como consecuencia de dichos desarrollos tecno - científicos actuales, crece cada día la posibilidad de que se produzcan daños que afecten a una buena parte de la humanidad y que nos enfrentan a decisiones cada vez más arriesgadas.
Conviene, pues, reflexionar acerca de algunas de las características fundamentales que deben poseer las medidas tecnológicas para hacer frente a la situación de emergencia planetaria. Según (Daly, 1997) es preciso que cumplan lo que denomina «principios obvios para el desarrollo sostenible»:

·         Las tasas de recolección no deben superar a las de regeneración (o, para el caso de recursos no renovables, de creación de sustitutos renovables).
·         Las tasas de emisión de residuos deben ser inferiores a las capacidades de asimilación de los ecosistemas a los que se emiten esos residuos.

Reducción de la pobreza
Según el Banco Mundial, el total de seres humanos que vive en la pobreza más absoluta, con un dólar al día o menos, ha crecido de 1200 millones en 1987 a 1500 en la actualidad y, si continúan las actuales tendencias, alcanzará los 1900 millones para el 2015. Y casi la mitad de la humanidad no dispone de dos dólares al día.

«La pobreza no se define exclusivamente en términos económicos también significa malnutrición, reducción de la esperanza de vida, falta de acceso a agua potable y condiciones de salubridad, enfermedades, analfabetismo, imposibilidad de acceder a la escuela, a la cultura, a la asistencia sanitaria, al crédito o a ciertos bienes».

La reducción de la pobreza y la universalización de los Derechos Humanos se convierten así en una necesidad absoluta para la supervivencia de la especie humana y aunque sólo sea por egoísmo inteligente es preciso actuar, porque la prosperidad de un reducido número de países no puede durar si se enfrenta a la extrema pobreza de la mayoría.

Esta pobreza extrema está vinculada al conjunto de problemas que caracterizan la situación de emergencia planetaria, desde la degradación de los ecosistemas o el agotamiento de los recursos a la explosión demográfica y se traduce en enfermedades, hambre literal y, en definitiva, en baja esperanza de vida.

Es preciso que se haga realidad el compromiso adquirido por los líderes mundiales en la llamada Cumbre del Milenio de Naciones Unidas, celebrada en septiembre de 2000, para reducir la pobreza, la enfermedad, el hambre, el analfabetismo y la degradación del medio ambiente.

Igualdad de género


Hablar de igualdad de sexos o, como es más frecuentemente aceptado, de igualdad de género, es referirse a un objetivo contra una realidad de discriminaciones y segregación social. Éste es un problema universal, pero para comprender mejor los patrones y sus causas, y por lo tanto eliminarlos, conviene partir del conocimiento de las particularidades históricas y socioculturales de cada contexto específico. Por consiguiente, es necesario considerar qué responsabilidades y derechos ciudadanos se les reconocen a las mujeres en cada sociedad, en comparación con los que les reconocen a los hombres, y las pautas de relación que entre ellos se establecen.
Esa discriminación va más allá de las leyes: «Allí donde los derechos de las mujeres están reconocidos, la pobreza (con el analfabetismo que conlleva) a menudo les impide conocer sus derechos». Por otra parte, en los países industrializados, pese haber logrado, no hace mucho, la igualdad legal de derechos «se sigue concediendo empleos con mayor frecuencia y facilidad a los hombres, el salario es desigual y los papeles en función del sexo son aún discriminatorios»

Con menos oportunidades educativas y económicas que los hombres, lógicamente las mujeres tienden a padecer hambre y mayores deficiencias en la nutrición. Se habla por ello de «feminización de la pobreza»
La erradicación de la discriminación de las mujeres entronca así con los objetivos de la educación para la sostenibilidad, de la reducción de la pobreza y, en definitiva, de la universalización de los derechos humanos.
El tercer objetivo de Desarrollo del Milenio desafía la discriminación contra la mujer y busca asegurar que las niñas, como los niños, tengan el derecho a la escolarización. Los indicadores relacionados con este objetivo buscan medir el progreso hacia la mayor alfabetización de la mujer, hacia la mayor participación y representación de ésta en la política y en la toma de decisiones de los Estados y hacia la mejora de las perspectivas de empleo. Así y con todo, el tema de la igualdad de género no se limita a un solo objetivo sino que se aplica a todos ellos. Sin progreso hacia la igualdad de género y sin la capacitación de la mujer, no se alcanzará ninguno de los objetivos de desarrollo del milenio»

Contaminación sin fronteras


El problema de la contaminación es uno de los primeros que nos suele venir a la mente cuando pensamos en la situación del mundo, puesto que la contaminación ambiental hoy no conoce fronteras y afecta a todo el planeta.
La mayoría de los ciudadanos percibimos ese carácter global del problema de la contaminación; por eso nos referimos a ella como uno de los principales problemas del planeta. Pero conviene hacer un esfuerzo por concretar y abordar de una forma más precisa las distintas formas de contaminación y sus consecuencias.
Todo ello se traduce en una grave destrucción de ecosistemas y pérdidas de biodiversidad.
La contaminación de suelos y aguas producida por unos productos que, a partir de la Segunda Guerra Mundial, produjeron una verdadera revolución, incrementando notablemente la producción agrícola.
Todo ello evidencia una falta total de ética... y de visión, porque los problemas ambientales no conocen fronteras y estas graves contaminaciones nos afectarán a todos, como ha ocurrido con la destrucción de la capa de ozono.
Esto hace muy peligrosa la exposición al Sol en amplias zonas del planeta, provocando un serio aumento de cánceres de piel, daños oculares, llegando incluso a la ceguera, disminución de defensas inmunológicas, aumento de infecciones, etc. Y también afecta al clima, ya que la capa de ozono es reguladora de la temperatura del planeta. Afortunadamente, la comprensión del grave daño que su uso generaba de una forma acelerada hizo posible el acuerdo internacional para la reducción del consumo de los CFC: desde 1987 dicho consumo se ha reducido en más del 40%, pero seguimos pagando las consecuencias de las miles de toneladas ya emitidas.

Hoy, afortunadamente, existe ya un “Convenio de Estocolmo” que, además de tener entre sus metas reducir y llegar a eliminar totalmente doce de los COP más tóxicos, prepara el camino para un futuro libre de COP, al tiempo que asistimos a un creciente desarrollo alternativo de biopesticidas y biofertilizantes, dentro de una orientación denominada “Biomímesis”, que busca inspirarse en la naturaleza para avanzar hacia la sostenibilidad.

Consumo responsable


Es preciso evitar el consumo de productos que dañan al medio ambiente por su alto impacto ambiental, es preciso ejercer un consumo más responsable, más basado en los productos locales -como preconizan. Un consumo alejado de la publicidad agresiva que nos empuja a adquirir productos inútiles o exóticos y que a menudo se viste engañosamente de verde (incurriendo en lo que se ha denominado “Greenwashing”). Es preciso, además, ajustar ese consumo a las reglas del comercio justo, que implica producir y comprar productos con garantía de que han sido obtenidos con procedimientos sostenibles, respetuosos con el medio y con las personas... Corrientes como “Nueva cultura del agua”, “Nueva cultura energética”, “Nueva cultura de la movilidad” o “Nueva cultura urbana”, expresan la necesidad y posibilidad de estos cambios en los patrones de consumo y gestión de los recursos. Pero aunque todo esto es necesario, no es suficiente para sentar las bases de un futuro sostenible. Es necesario también abordar otros problemas relacionados como el crecimiento realmente explosivo que ha experimentado en muy pocas décadas el número de seres humanos. 

Turismo sostenible


La problemática del turismo está estrechamente ligada a la del consumo responsable, porque al igual que muchas de las cosas que hacen posible nuestro trabajo, o que dan sentido a nuestras vidas, hacer turismo exige consumo.
Los datos acerca de las consecuencias del turismo son contradictorios. Por una parte tenemos claras repercusiones positivas: creación de empleo, incremento de ingresos económicos, evitación de migraciones por falta de trabajo, mejora del nivel cultural de la población local y apertura a costumbres más libres, intercambios culturales en ambos sentidos, de modos de vida, sensibilización de turistas y población local hacia el medio ambiente, etc. Por otra parte están las consecuencias negativas, tan importantes como las anteriores: incremento en el consumo de suelo, agua, energía, destrucción de paisajes, aumento de la producción de residuos y aguas residuales, alteración de los ecosistemas, introducción de especies exóticas de animales y plantas, inducción de flujos de población hacia poblaciones turísticas, aumento de incendios forestales, tráfico de personas y drogas, etc.

«El turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida».

Esta definición de turismo sostenible (turismo responsable, ecoturismo, turismo “slow”...), se ha traducido en la consideración de una serie de requisitos que la  OMT (1994) considera fundamentales para la implantación de la Agenda 21 en los centros turísticos:

• La minimización de los residuos.
• Conservación y gestión de la energía.
• Gestión del recurso agua.
• Control de las sustancias peligrosas.
• Transportes.
• Planeamiento urbanístico y gestión del suelo.
• Compromiso Medioambiental de los políticos y de los ciudadanos.
• Diseño e programas para la sostenibilidad.
• Colaboración Para el desarrollo turístico

Derechos humanos y sostenibilidad

La preservación sostenible de la especie humana en nuestro planeta exige la libre participación de la ciudadanía en la toma de decisiones (lo que supone la universalización de los Derechos humanos de primera generación) y la satisfacción de sus necesidades básicas (Derechos de segunda generación). Pero esta preservación aparece hoy como un derecho en sí mismo, como parte de los llamados
Derechos humanos de tercera generación, que se califican como derechos de solidaridad «porque tienden a preservar la integridad del ente colectivo»


Si queremos avanzar hacia la sostenibilidad de las sociedades, hacia el logro de una democracia planetaria o cosmopolita, será necesario reconocer y garantizar otros derechos, además de los civiles y políticos, que aunque constituyen un requisito imprescindible son insuficientes. Nos referimos a la necesidad de contemplar también la universalización de los derechos económicos, sociales y culturales, no “Derechos humanos de segunda generación”. (Vercher, 1998).

Diversidad cultural

En el tema de la diversidad cultural o etnodiversidad se incurre en este biologismo cuando se afirma, como hace Clément (1999), que «El aislamiento geográfico crea la diversidad. De un lado, la diversidad de los seres por el aislamiento geográfico, tal es la historia natural de la naturaleza; del otro, la diversidad de las creencias por el aislamiento cultural, tal es la historia cultural de la naturaleza». Esa asociación entre diversidad y aislamiento es, desde el punto de vista cultural, cuestionable: pensemos que la vivencia de la diversidad aparece precisamente cuando se rompe el aislamiento; sin contacto entre lugares aislados solo tenemos una pluralidad de situaciones cada una de las cuales contiene escasa diversidad y nadie puede concebir (y, menos, aprovechar) la riqueza que supone la diversidad del conjunto de esos lugares aislados.
Por la misma razón, no puede decirse que los contactos se traducen en empobrecimiento de la diversidad cultural. Al contrario, es el aislamiento completo el que supone falta de diversidad en cada uno de los fragmentos del planeta, y es la puesta en contacto de esos fragmentos lo que da lugar a la diversidad. Es necesario, pues, cuestionar el tratamiento de la diversidad cultural con los mismos patrones que la biológica. Y ello obliga a preguntarse si la diversidad cultural es algo tan positivo como la biodiversidad.

Cambio climático: una innegable y preocupante realidad

A finales de 1990, se celebró la Segunda Conferencia Mundial sobre el Clima, reunión clave para que Naciones Unidas arrancara el proceso de negociación que condujese a la elaboración de un tratado internacional sobre el clima.
Hoy, tras décadas de estudios, no parece haber duda alguna entre los expertos acerca de que las actividades humanas están cambiando el clima del planeta. Ésta fue, precisamente, la conclusión de los Informes de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC http://www.ipcc.ch/), organismo creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programade las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, con el cometido de realizar evaluacionesperiódicas del conocimiento sobre el cambio climático y sus consecuencias. Hasta el momento, elIPCC ha publicado cuatro informes de Evaluación, en 1990, 1995, 2001 y 2007, dotados del máximo reconocimiento mundial. El día 2 de febrero de 2007 se hizo público, con un notable y merecido impacto mediático, el IV Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo científico de Naciones Unidas.

Biodiversidad

La preocupación no viene por el hecho de que desaparezca alguna especie, sino porque se teme que estamos asistiendo a una masiva extinción (Duarte Santos, 2007) como las otras cinco que, según Lewin (1997), se han dado a lo largo de la evolución de la vida, como la que dio lugar a la desaparición de los dinosaurios. Y esas extinciones han constituido auténticos cataclismos. Lo que preocupa, pues, y muy seriamente, es la posibilidad de provocar una catástrofe que arrastre a la propia especie humana (Diamond, 2006). Según Delibes de Castro, «diferentes cálculos permiten estimar que se extinguen entre diez mil y cincuenta mil especies por año. Yo suelo citar a Edward Wilson, uno de los ‘inventores’ de la palabra biodiversidad, que dice que anualmente desaparecen veintisiete mil especies, lo que supone setenta y dos diarias y tres cada hora (…) una cifra fácil de retener. Eso puede representar la pérdida, cada año, del uno por mil de todas las especies vivientes.
A ese ritmo, en mil años no quedaría ninguna (incluidos nosotros)» (Delibes y Delibes, 2005). En la misma dirección, Folch (1998) habla de una homeostasis planetaria en peligro, es decir, de un equilibrio de la biosfera que puede derrumbarse si seguimos arrancándole eslabones: «La naturaleza es diversa por definición y por necesidad. Por eso, la biodiversidad es la mejor expresión de su lógica y, a la par, la garantía de su éxito».

Urbanización y sostenibilidad
La palabra ciudadano se ha convertido casi en sinónimo de ser humano… hablamos de civismo, de educar en la ciudadanía, de derechos y deberes de los ciudadanos… la ciudadanía y, por tanto, la ciudad, aparecen como una conquista clave de los seres humanos. Y en ese sentido, tan ciudadanos son los habitantes de una gran ciudad como los de una pequeña población rural. Pero sabemos que la atracción de las ciudades, del mundo urbano, sobre el mundo rural tiene razones poderosas y en buena parte positivas. Como afirma Folch, «las poblaciones demasiado pequeñas no tienen la masa crítica necesaria para los servicios deseables». La educación, la sanidad, el acceso a trabajos mejor remunerados, la oferta cultural y de ocio… todo llama hacia la ciudad en busca de un aumento de calidad de vida.

Nueva cultura del agua

El agua ha sido considerada comúnmente como un recurso renovable, cuyo uso no se veía limitado por el peligro de agotamiento que afecta, por ejemplo, a los yacimientos minerales. Los textos escolares hablan, precisamente, del “ciclo del agua” que, a través de la evaporación y la lluvia, devuelve el agua a sus fuentes para engrosar los ríos, lagos y acuíferos subterráneos… y vuelta a empezar.
Y ha sido así mientras se ha mantenido un equilibrio en el que el volumen de agua utilizada no era superior al que ese ciclo del agua reponía. Pero el consumo de agua se ha disparado: a escala planetaria el consumo de agua potable se ha venido doblando últimamente cada 20 años, debido a la conjunción de los excesos de consumo de los países desarrollados (ver Consumo responsable) y del crecimiento demográfico, con las consiguientes necesidades de alimentos.
El problema del agua aparece así como un elemento central de la actual situación de emergencia planetaria (Vilches y Gil, 2003) y su solución –que exige el reconocimiento del derecho fundamental de todo ser humano a disponer de, por lo menos, 20 litros de agua potable diarios (Bovet, 2008, pp. 52-53)– sólo puede concebirse como parte de una reorientación global del desarrollo tecnocientífico, de la educación ciudadana y de las medidas políticas para la construcción de un futuro sostenible, superando la búsqueda de beneficios particulares a corto plazo y ajustando la economía a las exigencias de la ecología y del bienestar social global.

Gobernanza universal. Medidas políticas para la sustenibilidad

Vivimos una grave situación de emergencia planetaria que obliga a pensar en un complejo entramado de medidas, tecnológicas, educativas y políticas, cada una de las cuales tiene carácter de conditio sine qua non, sin que ninguna de ellas, por sí sola, pueda resultar efectiva, pero cuya ausencia puede anular el efecto de las que sí se apliquen: se ha comprendido, en efecto, que no basta con plantear tecnologías para la sostenibilidad o una educación para la sostenibilidad; son precisas igualmente medidas políticas que garanticen las auditorias ambientales, la protección de la diversidad biológica y cultural, la promoción de tecnologías sostenibles mediante políticas de I + D y una fiscalidad verde que penalice los consumos y actuaciones contaminantes, etc…
Pero tampoco basta con políticas locales o estatales; hemos de reconocer que no es posible abordar solo localmente problemas como una contaminación sin fronteras, el cambio climático, el agotamiento de recursos vitales, la pérdida de biodiversidad o la reducción de la pobreza y la marginación, que afectan a todo el planeta (Duarte, 2006).

miércoles, 10 de junio de 2015

TAREA 2 y 3 Unidad III


TAREA 2
Estrategia de Educación Ambiental para la Sustentabilidad  en México SEMARNAT

La sustentabilidad de México
Es posiblemente el mayor desafío que enfrenta nuestro país hoy en día.
Ante un panorama de degradación ambiental poco alentador y con situaciones tales como la escasez del agua, la pérdida de la biodiversidad, de los bosques y las selvas, y la contaminación, entre muchos otros problemas, se hace evidente la necesidad de lograr una ciudadanía que tenga las competencias para enfrentar estos retos y encontrar soluciones.
Hoy en día es notable el avance del conocimiento científico y el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, mismo que permite conocer la situación que prevalece en todo el planeta casi de manera instantánea.

El Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu) de la Semarnat

El inicio del Decenio de las Naciones Unidas para la Educación con miras al Desarrollo Sostenible (2005-2014) encargado a la UNESCO para su ejecución, brinda una oportunidad renovada para poner a la educación para la sustentabilidad como eje de las políticas públicas de manera transversal, intención que ha sido plasmada en el Compromiso Nacional de la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable, suscrito en México el 11 de marzo de 2005 por actores estratégicos de distintos sectores.
Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable (Cecadesu), y la Secretaría de Educación Pública (SEP). Estas instancias del gobierno federal han impulsado el Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo Sustentable, el cual ha sido suscrito por el Presidente de la República y por múltiples representantes de diversos sectores de la vida política, económica, social, educativa y cultural de México.
En este sentido, se definió la Estrategia como una herramienta de planificación de carácter general, en la que se formularían orientaciones articuladas y de nivel macro, para el rumbo de las políticas en materia de educación ambiental para la sustentabilidad en el país. Con base en lo anterior, se planeó elaborar una estrategia con las siguientes características:
Participativa e incluyente: el principio de la máxima participación social posible estuvo presente, lo que significó crear las condiciones propicias para que todo actor social que estuviera dispuesto a plasmar comentarios y propuestas, lo hiciera sin restricciones.
Autónoma y plural: el proceso de elaboración de la Estrategia no estuvo supeditado a una institución, sino que se desenvolvió con autonomía, buscando reflejar las posiciones plurales existentes en el campo.
Abierta y flexible: la Estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad en México no es un documento que pueda considerarse concluido ni sus propuestas deben asumirse con rigidez; es más bien un proceso abierto que implicará ajustes y actualizaciones y cuyos planteamientos deberán adecuarse a las condiciones cambiantes del contexto de la educación nacional.
Comprehensiva e integral: el campo de la educación ambiental para la sustentabilidad requiere un planteamiento estratégico que abarque las distintas modalidades educativas, los diferentes actores sociales involucrados, los distintos subcampos de acción (investigación, comunicación, legislación, entre otros). En este sentido, la Estrategia proyecta un enfoque comprehensivo, con clara convicción que éste debe favorecer la elaboración de propuestas específicas, con una jerarquización, un orden y una síntesis para incluir lo más sustancial para el desarrollo de la EAS.
En México, la elaboración de propuestas orientadas a organizar la actividad del campo de la educación ambiental se realizó en la primera mitad de la década de los años 90, pero ninguno de los dos documentos resultantes se llamó propiamente estrategia, a efecto de no concitar rechazos de parte de quienes no se sintieran apropiadamente incluidos.

Educación ambiental para la sustentabilidad: consideraciones conceptuales y prácticas para su futuro.

El desarrollo y la crisis ambiental
Los patrones actuales de producción y consumo son insostenibles y han tenido como consecuencia la profundización y ampliación de la pobreza y la destrucción de los ecosistemas.
La tendencia que ha llevado a igualar desarrollo con crecimiento cuantitativo generó que los gobiernos nacionales tomaran al mundo como un escenario de lucha económica, donde los países compiten por una mejor posición en el Producto  Mundial Bruto (PMB), es decir, el valor total de la riqueza producida por la sociedad planetaria.
La sustentabilidad como marco para la educación ambiental
Como señala Barkin (2001), la sustentabilidad es una lucha por la diversidad en todas sus dimensiones, lo que significa que en el mismo grado de preocupación por proteger la diversidad biológica, la educación ambiental para la sustentabilidad debe procurar intencionadamente la protección de la pluralidad política e ideológica en las sociedades modernas, y abrirle cauces para que se exprese, no sólo en las tribunas públicas donde se realiza el debate social, sino en los espacios de participación cívica.
Actuales tendencias de cambio en la educación ambiental para la sustentabilidad
Hay consenso entre los actores sociales involucrados en el campo de la educación ambiental para la sustentabilidad de que ésta no posee aún un cuerpo teórico consolidado. Esta debilidad puede explicarse por varios factores: a) la corta trayectoria de esta tendencia educativa, que apenas tiene alrededor de 30 años;
b) la muy reciente identidad y despunte de la investigación en educación ambiental; c) la predominancia de esfuerzos prácticos, no sólo extracurriculares, sino en muchos casos anti-intelectuales; d) la preponderante presencia en el surgimiento y desarrollo del campo de profesionales de las ciencias naturales que, a pesar de sus muchos aportes brindados, no tenían como prioridad el fortalecimiento teórico-filosófico y pedagógico de la educación ambiental; y e) la confluencia.
El término: educación ambiental para la sustentabilidad
La educación, como fundamento de la sustentabilidad, se reafirmó en la Cumbre de Johannesburgo mediante un compromiso plasmado en el Capítulo 36 de la Agenda 21 de la Cumbre de Río, realizada en 1992.
Dimensiones y planos a profundizar en la educación ambiental para la sustentabilidad
La literatura sobre educación ambiental ha venido planteando que el añadido de temas ecológicos en los currícula de la educación formal, no formal e informal es una de las maneras de empobrecer la perspectiva de esta tendencia educativa. En este sentido, se ha señalado que la educación ambiental para la sustentabilidad interviene en distintas dimensiones y planos que se vinculan con lo específicamente educativo.
La dimensión comunicativa-educativa ambiental
Hasta ahora los procesos de comunicación educativa ambiental han sido poco abordados desde una perspectiva teórica, y más bien se les ha dado un carácter meramente instrumental, especialmente referido al manejo de medios, producción indispensable ahondar en este campo para enriquecer el cuerpo conceptual dela comunicación educativa para lograr un proceso cognoscitivo real en el individuo que apueste a cambios de actitud.
El contexto de la comunicación en las reuniones de educación ambiental
Para contextualizar la comunicación en un significado amplio y con ello analizar la trayectoria de la educación ambiental respecto de sus demandas a la comunicación, sus alcances, límites y retos, se propone entender la comunicación, en primer término, como un proceso que relaciona a dos o más sujetos permitiendo la producción en común de sentido de acuerdo a reglas convencionales en un contexto sociocultural determinado donde se construye como práctica de significación (Fuentes y Luna, 1984).
Entonces, en primera instancia “comunicar” significa compartir, establecer cierta participación en común con alguien (Schramm, 1987). En segunda instancia, la comunicación tiene un carácter colectivo, que ordena u organiza la relación entre los sujetos de una sociedad. En este sentido, la comunicación establece una relación eminentemente humana, que hace uso de determinados medios, canales, códigos para el entendimiento, del consenso, del disenso... de la formación de marcos de decisión, de opinión y de interés.
Relación entre comunicación, educación y organización
Como se ha dicho, en todo proceso educativo la comunicación juega un papel múltiple que pone de manifiesto una forma, un concepto y una teoría de la comunicación que determina de manera general:
·         Las relaciones entre los sujetos del proceso educativo.
·         La producción de mensajes y los medios y canales de los cuales se utilizan.
·         La forma de construir o acceder al conocimiento. Es decir, la significación de los mensajes o de la realidad a conocer y a recrear.
·         El papel transformador de la cultura en colectividades, al generar una nueva lectura de la realidad y una nueva forma de relacionarse con ella.

CAPÍTULO 2. LEGISLACIÓN  EN EDUCACIÓN AMBIENTAL

Consideraciones generales acerca del marco legislativo de la educación ambiental en México
El derecho a un medio ambiente adecuado alcanza su máxima expresión cuando los mecanismos para su aplicación operan, con lo cual se hace realidad el postulado de la norma y con ello se obtienen los beneficios de sus fines. Sin embargo, garantizar el derecho a un ambiente sano, que impulse las posibilidades de desarrollo social y realización individual, no es tarea fácil, ya que no basta con la estructura normativa e institucional, elementos que emanan directamente de aspectos jurídicos.
Antecedentes y avances del marco legal de la educación ambiental en México
En el país existe una tendencia histórica a ubicar a la educación ambiental,  principalmente, dentro del sector ambiental; es decir, la mayor parte de las referencias legales sobre EA se encuentran en la LEGEEPA, y en menor proporción en la Ley General de Educación. En este marco resulta lógico que el proceso de institucionalización de este campo se iniciara con la creación, en 1983, de la Dirección de Educación Ambiental de la Sedue, a partir de la cual se ha desenvuelto como un campo emergente muy influenciado por la educación no formal. En consecuencia, el sistema educativo nacional se ha sentido débilmente interpelado para incorporar la EA en la currícula de los distintos niveles educativos.
Aspectos jurídicos a considerar para el futuro
Para que el marco jurídico pueda promover la educación ambiental y fundamentar la sustentabilidad se requiere una revisión conceptual que permita determinar claramente el objeto a regular y la finalidad que se persigue. Esta tarea no es fácil debido a que existen tantos conceptos de educación ambiental como leyes relacionadas con ella. Por ello, a continuación, de manera muy breve, se presenta una revisión de algunas ideas consideradas claves para la legislación en educación ambiental para la sustentabilidad.
La EAS permite comprender las relaciones entre los sistemas naturales y sociales, así como conseguir una percepción clara de la importancia de los factores socioculturales en la génesis de los problemas ambientales. Esto tiene estrecha relación con las prácticas en la toma de decisiones, y en la propia elaboración de un código de comportamiento con respecto al fomento de la calidad del medio ambiental.
Aspectos constitucionales y de la legislación federal
La educación ambiental para la sustentabilidad, pensada en el marco de los términos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe considerar la distribución de las competencias que en materia de educación y de desarrollo sustentable corresponden a la Federación, los estados, el Distrito Federal y los municipios, lo cual que implica:
Garantizar a todo individuo la educación ambiental para la sustentabilidad, conforme al artículo 2º; y también a los pueblos y comunidades indígenas, con el fin de conservar y mejorar el hábitat y preservar la integridad de sus tierras; garantizar que la EAS, a través de sus diferentes modalidades, contribuya al desarrollo sustentable por medio de procesos de información, comunicación, capacitación y la participación organizada de las personas, para llevar a cabo las acciones relativas a la protección del ambiente, la conservación y restauración de los ecosistemas, así como en la prevención y combate contra la contaminación, en forma individual o colectiva; regular que la educación ambiental para la sustentabilidad se incluya en los diversos niveles que conforman el sistema educativo nacional, para contribuir a que los educandos construyan conocimientos, formen valores, adquieran actitudes y habilidades y actúen para el mejoramiento del ambiente y eleven su calidad de vida y la de su comunidad; formular, establecer y aplicar la Política Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad y sus instrumentos, de manera que sean compatibles con la protección, preservación, restauración y aprovechamiento sustentable de la biodiversidad y los ecosistemas, con criterios de democracia, equidad y justicia social.
Los principios contenidos en los compromisos internacionales asumidos por México
Los tratados e instrumentos globales que deben considerarse para nutrir la política nacional de educación ambiental para la sustentabilidad son, entre otros, los siguientes:
·         Seguridad alimentaria: Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.
·         Biodiversidad (flora y fauna): Convención para la Protección de la Flora, Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales;
·         Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar); Protocolo que modifica la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres; Convención sobre el Comercio
·         Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres, y Convenio sobre la Diversidad Biológica.
·         Comercio e industria (economía): Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT 1994);
·         Acuerdo por el que se Establece la Organización Mundial del Comercio; Convención de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); Decisión sobre el Comercio de Servicios y el Medio Ambiente; Informe (1996) del Comité de Comercio y Medio Ambiente; Informe (1997) del Comité de Comercio y Medio Ambiente; Convenio para un Consenso Mundial respecto a la Ordenación, la Conservación y el Desarrollo Sostenible de los Bosques de Todo Tipo.
·         Materiales y residuos peligrosos (medio ambiente): Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos
·         Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación.
·         Patrimonio cultural y natural: Decreto de Promulgación del Convenio para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural adoptado en París el 23 de noviembre de 1972.
·         Suelo: Decreto de promulgación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o Desertificación.
·         Atmósfera (medio ambiente): México ha firmado el Acuerdo de Kioto, para colaborar con los programas de
·         Capa de ozono y Cambio climático.
·         Medio ambiente y desarrollo sostenible: Acta final de la Conferencia de Plenipotenciarios sobre el Convenio sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado Previo Aplicable a ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos; Objeto de Comercio Internacional; Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Cumbre de la Tierra, Río 1992.
·         Social: Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social.

CAPITULO 3 EDUCACION BÁSICA.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) se propuso desde la década de los años 70 como una de sus metas prioritarias el fortalecimiento de diversas acciones trascendentales para promover la apreciación, el conocimiento y la conservación del ambiente, 2 tanto en la educación básica (preescolar, primaria y secundaria).

CAPITULO4 EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR
La incorporación de la educación ambiental para la sustentabilidad en los planes y programas de estudio ha sido un proceso gradual que se relaciona con tres ámbitos principalmente: legislativo, administrativo y de planeación, a partir de los cuales puede plantearse la política ambiental en México.
En el marco de las recomendaciones del Programa para Alcanzar la Modernización Educativa 1989-1994 se estableció una serie de estrategias para incorporar la educación ambiental en los planes y programas de estudio de los diferentes sistemas y subsistemas de este nivel educativo. Con ellas se buscaba enfrentar las resistencias al interior de cada una de las estructuras académicas, y modificar las inercias, la organización, las costumbres, y los valores asociados con el espacio institución.
CAPITULO 5 EDUCACIÓN SUPERIOR
En un sentido restringido, alude a la tarea de enseñanza, esto es, a los procesos de formación ambiental realizados en los diferentes niveles, modalidades y áreas profesionales del sistema, pero en un sentido amplio, incluye además lo relativo a la tarea de investigación, o sea, a los procesos de generación de conocimientos en sus distintos alcances (básico, aplicado y de desarrollo e innovación tecnológica) en las distintas áreas y ramas del saber.

CAPITULO 6 LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN AMBIENTAL
En nuestro país, a pesar de su crecimiento, la investigación en educación ambiental (IEA) presenta diversos problemas y rezagos, como procesos de producción no delimitados, trastrocamiento entre la práctica y la investigación, difusión limitada de los resultados y productos, falta de reconocimiento social, inexistencia de una estrategia de formación que acredite a los investigadores de este campo, en el marco de un amplio debate respecto de su necesidad,  pertinencia, identidad, perspectivas, objetivos, metodologías, entre otros.
La complejidad de la IEA no es producto sólo de situaciones internas; también refleja lo sucedido en el campo más amplio de la educación ambiental, tema abordado en el marco teórico del presente documento.

CAPITULO 7 EDUCACIÓN AMBIENTAL NO FORMAL URBANA
La educación ambiental no formal urbana, constituye una de las modalidades de este campo pedagógico que ha tenido un mayor crecimiento en los últimos años, lo cual es resultado de diversos factores, entre los que destacan: Como consecuencia de estos factores, en la actualidad se observa una oferta creciente de proyectos de educación ambiental urbana, que no obstante su diversidad presenta interesantes coincidencias en cuanto a los problemas ambientales atendidos y los enfoques prevalecientes.
Las fechas que se conmemoran con mayor frecuencia en México, con las adecuaciones inherentes a las características ecológicas derivadas de la ubicación de los centros urbanos en las distintas regiones del país, son:
·         Día Internacional de los Humedales. 2 de febrero.
·         Día Mundial del Agua. 22 de marzo.
·         Día de la Tierra. 22 de abril.
·         Día Mundial del Medio Ambiente. 5 de junio.
·         Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. 17 de junio.
·         Día del Árbol. 2do. jueves de julio.
·         Día Mundial del Hábitat. 1º de octubre.
·         Día Nacional de la Conservación. 27 de noviembre
El calendario cívico y vacacional hace que prácticamente pase inadvertida la celebración de algunas fechas, como el Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, que se conmemora el 16 de septiembre o el Día Mundial de la Diversidad Biológica, que se celebra el 29 de diciembre.

CAPITULO 8 EDUCACIÓN AMBIENTAL NO FORMAL EN EL MEDIO RURAL
La EANFMR no es una forma de organizar la enseñanza que sea homogénea en sus enfoques y propuestas operativas, a excepción de compartir la misión general de educar para el cuidado de la naturaleza y de hacerlo de manera desescolarizada.
La EANFMR es una modalidad que comprende todos los esfuerzos sistemáticos de sensibilización, formación y capacitación ambiental relacionados con las actividades de los habitantes rurales en sus espacios cotidianos. De manera complementaria, la EANFMR incluye los programas que tienen como fin educar ambientalmente a la población, escolar y no escolar, para el cuidado de la naturaleza, conviviendo con ella en experiencias educativas. En ese sentido, la EANFMR comprende los planes, programas y proyectos que se realizan en centros culturales ambientales.
Organismos gubernamentales
En la década de los años 80 se inicia el registro de la intervención de esta clase de organismos en programas de EANFMR.4 La Secretaría de Salud y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue) fueron pioneras. En los años 90 se fortalece la EANFMR con la participación del Consejo Nacional de Población (Conapo), el Instituto Nacional Indigenista (INI) y el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos.


CAPITULO 9 DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA, COMUNICACIÓN Y EL PERIÓDISMO AMBIENTAL
El presente apartado se encarga de tres temas de gran importancia en el campo de la educación ambiental para la sustentabilidad: la divulgación de la ciencia, la comunicación y el periodismo. El concepto de cada uno de los tres rebasa con mucho el carácter de meras herramientas que con frecuencia se les atribuye.
Las conexiones entre educar, comunicar y divulgar son estrechas y pueden llegar a ser vitales en los procesos pedagógicos de la educación ambiental.

CAPÍTULO 10 MISION, VISION Y OBJETIVOS ESTRATÉGICOS
Misión
Desarrollar políticas públicas en materia de educación ambiental para la sustentabilidad, tanto en el plano nacional como local, que favorezcan la construcción de una cultura ambiental, el incremento en la calidad de vida de la población, el fortalecimiento de la ciudadanía y de las múltiples identidades culturales del país, y la protección de los ecosistemas y su biodiversidad.
Valores
La misión tiene sentido en el marco de una ética ambiental que considera un repertorio de valores humanos, entre los que destacan los siguientes, sin menoscabo de otros que aporten a la sustentabilidad:
·         Respeto a la vida en todas sus manifestaciones, especies y ciclos naturales.
·         Equidad y solidaridad (justicia social y económica, corresponsabilidad, compromiso con los pobres).
·         Respeto a la diversidad humana (tolerancia a las diferencias, colaboración, observancia de los derechos humanos).

Visión
Existe una estrategia nacional en operación con impactos sociales y ambientales que favorecen un cambio cultural impulsado por una sociedad activa que diseña y ejecuta programas y proyectos consolidados, fundamentados en una institucionalidad fuerte, en una ciudadanía crítica y participativa, en la incorporación de la educación ambiental para la sustentabilidad en todos los niveles educativos, en una amplia y sólida oferta de formación de educadores y de promotores, así como en la investigación y divulgación científica y la revaloración de los saberes tradicionales.
Objetivos Estratégicos
Se consideran los siguientes objetivos estratégicos, los cuales tienen su sentido en la misión y procuran, por lo tanto, contribuir a su cumplimiento.

CAPITULO 11 ANÁLISIS DE LA FORTALEZAS, OPORTUNIDADES, DEBILIDADES Y AMENAZAS DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD
Los documentos revisados, los foros de consulta y las opiniones de los expertos señalan, obviamente, otras muchas fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas en el campo de la educación ambiental para la sustentabilidad, pero aquí se han incluido solamente aquellas que abonan de manera directa a darle contexto a las propuestas que componen las líneas de acción, las metas y las acciones cruciales, elementos que se incluyen en el siguiente capítulo.

CAPITULO 12 PLANEACIÓN ESTRATÉGICA
En función del diagnóstico realizado, de la misión, de la visión y del análisis
FODA, se definieron cuatro asuntos estratégicos, es decir, asuntos que inciden en todas las modalidades de educación y comunicación ambiental que se abordan en los capítulos de diagnóstico de la EAS y que requieren una atención prioritaria para que el campo de la EAS no pierda las posiciones ganadas, entre en decadencia o se haga irrelevante en el conjunto de los esfuerzos educativos y en el proceso de construcción de la sustentabilidad en el país. Así mismo, para cada uno de los cuatro asuntos estratégicos se definieron las líneas de acción que deben considerarse, los objetivos y las acciones cruciales centrales a realizar.


CAPITULO 13 OPERACIÓN DE LA ESTRATEGIA DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

Para el establecimiento y consecución de la misión, los objetivos y las metas de la Estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad en México es necesario considerar algunos puntos de partida que establecen los acuerdos básicos de operación, derivados del proceso de consulta a la comunidad de educadores ambientales en el país.



TAREA 3

¿Qué escuelas de Geografía para educar en ciudadanía?


Los cambios sociales y tecnológicos que se han producido en el inicio del tercer milenio han obligado a replantearse las metas educativas. La geografía escolar, institucionalizada en el siglo XIX y XX, no es útil para responder a los nuevos retos ciudadanos. Sin embargo, las rutinas escolares y la opinión pública resisten a las innovaciones académicas; por eso es preciso cambiar la mentalidad tradicional desde el análisis riguroso de la selección de los contenidos didácticos. Para esta tarea los proyectos curriculares son un instrumento relevante.
Si queremos que la geografía escolar contribuya a la educación ciudadana es necesario plantearnos si es preciso cambiar la “mirada disciplinar” y buscar desde la diversidad de escuelas y tendencias un diálogo interdisciplinar que asegure la formación básica de las personas, lo que les permitirá alcanzar la condición de ciudadanos. Cuando destacamos la aportación de la geografía a la formación ciudadana no nos referimos sólo a sus aspectos pragmáticos: localizar un lugar adecuado de vacaciones, guiarnos con un mapa en una ciudad o entender un plano donde aparecen los usos del suelo urbano. También queremos hacer hincapié en la capacidad de esta materia para plantear cuestiones relativas a la manera de organizar el espacio los diferentes agentes sociales: barrios marginales (guetos) o espacios comerciales que implican el uso del transporte privado.

1.-El mito de la geografía “en singular”: de la dialéctica de los paradigmas a la pluralidad de enfoques.
Cuando se debate acerca de la organización del currículo escolar se suele identificar cada materia escolar con una sola manera de entender este conocimiento. En el caso de la geografía se alude al papel de esta materia en la enseñanza o de su relación con la historia y otras ciencias sociales. Todo un discurso que reduce su aportación a una concepción decimonónica del saber académico.
Se pretendía justificar el origen académico del saber desde una concepción única de la materia, lo cual era muy significativo en el caso de la geografía, pues su propio objeto de conocimiento pretendía ser una síntesis entre el medio natural y la acción antrópica, entre las explicaciones de las ciencias físicas y las sociales. La región, el territorio organizado por la acción humana, era el objeto que había que enseñar.

El traslado de la geografía académica al marco escolar
En efecto, nuestra tesis indica que la manera de entender la geografía escolar se remonta a la sistematización que hace Paul Vidal de la Blache (1845-1918) del conocimiento geográfico, una descripción de diferentes territorios (regiones y Estados) en las cuales se combinaban factores del medio físico y de la acción antrópica. Cuando en el siglo XX surgen nuevas formas de entender la explicación geográfica del espacio, la consiguiente especialización (geomorfología, climatología, biogeografía, geografía del género...) da lugar a una fragmentación disciplinar que hace difícil seguir manteniendo las mismas posiciones educativas. Los geógrafos universitarios ya no mantenían unas metas semejantes, que estaban determinadas por la idea de la armonía entre el medio físico y la acción antrópica. Aparecen nuevas preocupaciones que no eran ajenas al crecimiento de la urbanización y de los conflictos que aparecían en la ordenación del territorio.
La crisis de la educación geográfica y de su pérdida de identidad surge en la segunda mitad del siglo XX asociada en gran medida a su imagen de síntesis de conocimientos sobre un territorio, que además solía coincidir con un Estadonación.
Los diferentes contextos sociales de los investigadores y profesores
Por eso se hace preciso estudiar los intereses concretos de los investigadores en sus prácticas profesionales. No hay duda que el Estado de las Autonomías en España favoreció el auge de monografías y síntesis regionales, que rehabilitaron el papel de la geografía tradicional en beneficio de las autoridades políticas locales y autonómicas. Igualmente los informes técnicos que solicitan las instituciones ha influido en el auge de las técnicas y metodologías relacionadas con la ordenación del territorio y el desarrollo sostenible, donde la geografía se reduce a una panoplia de contenidos técnicos.
Respecto al papel que juega la geografía en la investigación sobre el espacio me parece de gran importancia fijar las relaciones que se establecen entre el sujeto investigador y el objeto de investigación, que muchas veces es también un sujeto que vive en las mismas condiciones sociales que la persona que lleva a cabo el estudio.

2.- Los modelos educativos y las teorías geográficas: De las teorías paradigmáticas de aprendizaje a la diversidad social.
En relación con la educación que se persigue a través de la geografía como materia de formación también entendemos que existen diversas maneras de organizar los modelos curriculares; o sea, cómo y qué se enseña. En España es predominante una concepción que entiende que el profesorado y los manuales escolares son los depositarios del saber y los alumnos sus receptores pasivos.
También es cierto que se han abierto nuevos enfoques a la innovación didáctica, que han considerado la evolución de los paradigmas y las necesidades sociales. Sin embargo, el camino de las mejoras pedagógicas es mucho más complejo, pues no sólo concierne al cambio de métodos y objetivos de investigación, sino también a la capacidad para convencer a otros colegas para romper con la hegemonía cultural de los temarios y libros de texto.
Una alternativa: los proyectos curriculares y el modelo del profesor investigador.
La renovación pedagógica, presupuesto básico para aumentar la calidad docente, ha incidido desde los años setenta en la reivindicación de la figura del profesor-investigador. Sin embargo, en el caso concreto de la didáctica de la geografía y de la historia este papel se ha confundido con el de una persona que hace su trabajo al margen de la tarea docente; o sea, una persona que se desplaza a los archivos locales, realiza diversos trabajos de campo y cita bibliografía académica. El profesor-investigador tiene un campo de trabajo en la propia aula escolar, siendo su objeto de análisis el propio aprendizaje de los alumnos.
En este sentido el papel de la geografía educativa es muy importante. En primer lugar para diagnosticar las relaciones sociales que aparecen en el barrio o pueblo donde se produce el reclutamiento del alumnado. No es posible desarrollar las mismas estrategias didácticas en un lugar donde las familias no tienen estudios que en otro donde el capital cultural familiar es universitario.
Un proyecto curricular (Souto, 1999), éste es algo más que un conjunto de materiales. Tampoco es un referente teórico para la didáctica de la geografía, aunque pueda suponerlo para algunas personas. Un proyecto curricular es en esencia un modelo educativo que surge de la voluntad e ideología del profesorado que lo constituye.

Implicaciones en la praxis escolar.
La praxis escolar la podemos definir como la adopción de una serie de medidas conducentes para confeccionar un conjunto de actividades didácticas. Dicha actuación está guiada por nuestros conceptos del saber escolar.